¿Sabías que los enjuagues bucales pueden ser útiles, pero no sustituyen al cepillado?
Los enjuagues bucales son un complemento muy útil dentro de la rutina de higiene oral, pero es importante entender que no sustituyen al cepillado ni al uso del hilo dental.
Y es que, el enjuague bucal no limpia los dientes de manera mecánica ni elimina la placa bacteriana adherida. Su función principal es reforzar la higiene diaria, ayudando a mantener el equilibrio bacteriano de la boca, a refrescar el aliento o a prevenir ciertas patologías.
¿Para qué sirven los enjuagues bucales?
Si se eligen y utilizan bien, los enjuagues pueden resultar de gran ayuda. Actúan principalmente en los tejidos blandos (lengua, mejillas, encías) y en las zonas de difícil acceso para el cepillo o el hilo dental.
Tipos más habituales de enjuagues
Son muy eficaces para controlar la placa bacteriana y tratar la gingivitis o la periodontitis, pero deben usarse por periodos cortos y siempre bajo supervisión profesional.
Ayudan a reforzar el esmalte dental y previenen la aparición de caries. Son especialmente recomendables en personas con alto riesgo de desmineralización o que padecen sensibilidad dental.
Destinados a mejorar el aliento y proporcionar sensación de frescor, no tienen efecto terapéutico. Por eso, no sustituyen la limpieza mecánica ni combaten la placa.
Formulados para casos concretos, como la xerostomía (boca seca), aftas o hipersensibilidad dental. Suelen tener componentes calmantes o hidratantes.
¿Por qué es tan importante el cepillado?
Aunque el enjuague bucal puede llegar donde el cepillo no alcanza, no tiene la capacidad de eliminar la placa bacteriana adherida a la superficie dental. Esa tarea requiere una acción mecánica: el cepillado.
Si la placa dental no se elimina correctamente, se puede endurecer y transformar en sarro, provocando caries, gingivitis y otras enfermedades periodontales.
Para una higiene completa, es recomendable:
- Cepillar los dientes al menos dos veces al día, con una buena técnica y un cepillo en buen estado.
- Usar hilo dental o cepillos interdentales para limpiar entre los dientes.
- Finalizar con un enjuague bucal adecuado.
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